Como te había contado en mi relato de Belice, siempre fui curiosa de la fauna marina y de la navegación.
Es por eso que con un grupo de amigos muy queridos con los que compartimos este pasatiempo decidimos alquilar una embarcación y navegar por el mar Caribe, visitando algunas islas. Una de ellas es las BVI.
Las BVI son parte de un archipiélago llamado Islas Vírgenes ubicado en el mar Caribe. Se las nombra Británicas pues este archipiélago también lo componen Islas Vírgenes Estadounidenses y Vírgenes Españolas. Las islas mayores de las BVI son Tórtola, Virgen Gorda, Anegada y Jost Van Dyke. Te diré que una más bonita que la otra.
Como somos ocho tripulantes, tuvimos que alquilar una embarcación suficientemente grande para todos: y esta fue un catamarán.
La nave consta de cuatro camarotes con baño privado, una sala de estar en el interior y otro espacio en el exterior para disfrutar de hermosos atardeceres.
La vida a bordo no es difícil, siempre que se tenga en claro que cada uno tiene una función, y la ventaja es mucha si se disfruta del contacto con la vida marina, el sol, las playas solitarias y sobre todo de la camaradería.
En este tipo de viaje, si bien se conocen algunos puntos de interés, lo que prima es la experiencia de navegar y no tanto conocer ciudades o atracciones.
Se navega de día, y hacia el atardecer se amarra en alguna bahía resguardada para pasar la noche. Por la tarde se festeja a bordo la puesta de sol, un momento único imposible de pasar por alto. ¡Luego de la cena hacemos la sobremesa! Un momento especial para compartir experiencias e historias. La noche muestra lo increíble del cielo negro solo iluminado por la luna y las estrellas. Un momento increíble.
A este destino fui dos veces. Casi con la misma tripulación y te digo que las dos veces fue diferente.
Generalmente cuando uno viaja reúne las experiencias de su visita y la generaliza, y es normal que así suceda, solo que en los viajes no sucede así. Principalmente porque cuando uno lo inicia somos diferentes cada vez, y pienso que es porque la vida nos va moviendo de lugar y nunca estamos en el mismo punto o nos sentimos igual.
Fue un impacto muy grande la primer experiencia: la exuberante vegetación, lo agreste de sus playas y sus aguas prístinas marcó el inicio de una experiencia que se repetiría varias veces después en diferentes islas.
La principal comida por estos lugares y reina del mar Caribe: La langosta. ¡Exquisita!
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